jueves, 3 de abril de 2014

Y VOLVÍ

Ya avisé y ya sabéis lo que se dice: El que avisa no es traidor/a.

Traidora lo que se dice traidora no he sido, más bien me he ocultado durante un tiempo para poder asimilar, recolocar y pasar varios duelos que me han venido de golpe y porrazo y sin previo aviso como suele suceder en esta puñetera vida.

Pero sí Nacho, te haré caso y empezaré nuevamente a escribir aunque sea a ratos y según me vengan las ganas, a mi los churros me cuesta elaborarlos y prefiero ir poco a poco no vaya a ser que me cierren la churrería y la liemos.

Pues si, han sido tiempos de tempestad y la calma parecía algo que no me iba a tocar, pero hoy por fin parece que brilla el sol. Siempre ha estado ahí pero yo no lo veía, había una nube negra cubriendo mi cielo y aunque a veces parecía aparecer un pequeño rayito, yo no era capaz de verlo.

"Campeona" me dicen mis amigos, bueno...bien...pero....¿no son campeones también, aquellos que al final de su propia batalla, su final, no es el mismo que el mío?

Campeón es aquél que es "vencedor de un campeonato" según la RAE, ¿de qué campeonato estamos hablando? de la vida? entonces estoy llena y rodeada de Campeones y no sólo porque hayan vencido una enfermedad, sino por ser capaces de vivir la vida con la esperanza de que mañana también saldrá el sol, de que no todo está perdido.

Hay una frase que me rechina y que es muy habitual cuando alguien muere por alguna enfermedad, se suele decir: Perdió su batalla contra la enfermedad...la que sea. ¿Cómo? que perdió su batalla?, el que se va no pierde su batalla, llega su momento se enfrenta a su destino y nada más y...nada menos. Para morir también se necesita dignidad, fuerza y esperanza.

En ésta Sociedad nuestra tenemos tanto miedo a la muerte, que ya no sabemos cómo hacer para esconderla, disfrazarla  y no mirarla a la cara de frente, cuando realmente es lo único por lo que tdoso hemos de pasar tarde o tempranos, aquí no se queda ni el Tato.