viernes, 22 de octubre de 2010

MI LEY DE LA ATRACCIÓN

En mi vida siempre atraigo a determinadas personas, con rasgos similares, y unas características parecidas, me ha pasado siempre.Creo que es mi propia energía la que las atrae y sobre todo, sé que es para mi propia evolución personal, y siempre para aprender algo, o despertar a algo, a veces positivas y otras no tanto. La de ayer fue muy positiva.



En ocasiones es como si te tomaras un vomitivo que hace salir de tí cosas ocultas pero que estan ahí, realidades de ti mismo que tu desconoces, y que al verlas de frente, sientes un escalofrío. La visualización real de determinados aspectos de uno mismo, que si no fuera por otros, nunca saldrían a la luz, a veces nos hacen temblar e incluso negarnos a ésa evidencia. Cuando no la negamos y la enfrentamos es cuando empieza nuestro verdadero aprendizaje.



El ver qué actuaciones de otros nos afectan y cual es la razón final de esa afección. El desarrollar una nueva forma de enfocar las cosas, no sólo desde nuestra única perspectiva consciente, es lo que realmente nos hace aprender.



Ayer tuve de golpe varios sentimientos que me hicieron analizarme en profundidad. Primero el de la desconfianza, segundo el del rechazo y por último y después de analizar los dos primeros, el de la compasión y el respeto.



Se me acercó una persona, en un cruce y se puso a mi altura, yo iba con bastante prisa, sólo me dijo "Hola" y yo como por un resorte, primero me agarré el bolso y segundo le miré de reojo, vi entonces una sonrisa que iluminó toda su cara, a continuación me dijo: Me llamo Manuel, y ¿tú? entonces le miré, y la verdad, con la voz un poco temblorosa le contesté: yo Margarita. Entonces fue cuando me paré a mirarle mas detenidamente.



Iba con una manta toda rota, por encima de sus hombros, los pelos enmarañados, una barba de días, unas botas descoloridas y muy desaliñado, tendría entre 35 o 40 años, más o menos. Pensé me va a pedir dinero...segundo pensamiento erróneo, el primero fue el del bolso (igual viene a robarme)



Me dijo que si podía acompañarme, yo le contesté : "bueno... si quieres". Así que este hombre se puso a mi lado y sin decir ni una sola palabra fuímos caminando por la calle recorriendo varias manzanas, había gente que nos miraba, no sé que pensarían, tampoco me importa, debiámos hacer una pareja de lo más original.



Mis pensamientos se fueron agolpando y tuve que sacar mi STOP imaginario, para ir dosificándolos, en los escasos minutos que fuí acompañada por este hombre, no me atreví a mirarle de frente hasta que llegué a mi destino, me gíré y le dije: Me quedo aquí. Él sonriéndome me dijo:"Si quieres te espero a que termines y te vuelvo a acompañar", le contesté que no hacía falta, y que además tenía que volver al trabajo. Entonces me dió las gracias, yo también a él, le sonreí, me sonrió y desapareció de mi vista.

Su único fin era el de acompañar, acompañarme. Según el diccionario la palabra "Acompañar" , es: "estar o ir en compañía de alguien", pero también es:" Compartir (con otro ) un afecto o un estado de ánimo". ¿Cual de éstas acepciones era la correcta, en este caso?. Yo englobo las dos. Fuí su compañía por unos minutos, y él la mía, además compartí su estado de ánimo, o por lo menos lo intenté, era feliz, (a mi me lo pareció), y su sonrisa así me lo hizo suponer.

Lo único que sé, es que este hombre, llamado Manuel, me hizo reflexionar ayer sobre muchas cosas.

Recordé una conferencia que dió en Madrid, el Lama Gangchen, (Presidente de la Fundación para la Paz en el Mundo) y en concreto a uno de los conferenciantes, médico Tibetano, que nos contó su experiencia, cuando tuvo que huir de Tibet y recorrer muchos países pidiendo, pues no tenía ni para comer, comentó que para él lo más triste no era tener que pedir, sino que la gente a la que pedía, no le miraba a la cara.

¿Cuantas veces volvemos la cara a la miseria, a la pobreza, y a los seres humanos, teniéndolos al lado? y, cuantas veces volvemos la cara a nuestras propias miserias, sin saber cómo enfrentarnos a ellas.

Gracias, Manuel.

miércoles, 20 de octubre de 2010

¡QUE DÍA DE LOCURA¡

Bueno chicos, como siempre día de locos, despertador...RING..RING.. (6,30 horas) siempre me hago la puñetera misma pregunta desde hace 35 años?. ¿porqué Dios mío, porque?.

Arrastro mis piernas, miro de reojo al reloj de la mesilla de mi chico y me digo:"no, no puede ser, si me acababo de ac0star,11,00 h.-6,30 h. noooooooooooo, es imposible que tantas horas hayan pasado en un silbido entre los ronquiditos de él y los mios propios. A veces no puedo con la vida, me desperezo y pienso "Margui" un día más...Luego lo de siempre, la ducha, las cremitas, y el prepararme para otro dia de trabajo, y de actividades, que realmente son las que han conformado mi vida .Hoy soy la persona que soy gracias a todo esto.

Pero sobre todo y el momento más importante, es mi paseo con mi Groucho. Entonces es el momento mejor de mi día. Mis reflexiones, mis recuerdos, mis peticiones etc...

Tengo tantas cosas que agradecer a la vida, veo tantas cosas tan tristes, tantas familias llenas de dolor, de enfermedad, que sólo me queda dar las gracias en cada amanecer por todo lo que he tenido.

martes, 19 de octubre de 2010

RECUERDOS

A veces determinados recuerdos se me antojan como suaves descansos en mi infatigable e incansable memoria. Soy como una máquina expendedora de recuerdos.

Hay recuerdos que alimentan mi espíritu y me llenan de ternura, quizás bien es verdad, que de mi infancia pocos o casi ninguno son los recuerdos para los que no esboce una sonrisa y me sienta tan feliz como en aquél momento que viví. Sobre todo, los vividos con mis padres, hermanos y abuelos. Como en la serie "Cuentamé" vivíamos todos tan felices en nuestro piso de 70 m2, los siete.

Teníamos la gran suerte de que, además de ser un piso en la calle Serrano, alquilado después de la guerra por mi abuelo, había calefacción central y aunque vívíamos en un 8º piso, y el calor tardaba en hacerse presente, cuando llegábamos del Cole, esos días fríos de invierno de Madrid (entonces hacía mucho frío y nevaba mucho), poníamos nuestros zapatos (gorilas, que era el nombre de la marca), debajo del radiador del recibidor, hasta la hora de marchar de nuevo al Cole, el placer de ponerte nuevamente esos zapatos calentitos para salir al frío de la calle, siempre lo recordaré.

También recuerdo el frío por las mañanas al levantarme para ir al Cole, me arrebujaba entre las sábanas y las mantas, con olor a limpio, con muy pocas ganas de salir de mi escondrijo, pero siempre llegaba la voz de mi madre o de mi abuela para sacarme de mi ensoñación y llevarme a la cruda realidad.

En mi casa no había baño completo, como hay ahora en casi todas las casas, y hasta dos o tres si me apuras, nosotros teníamos un baño pequeñito con su taza, su lavabo y nada más. Pero eso sí por las mañanas muy temprano se convertía en la Ópera de Paris, con mi padre afeitándose y deleitándonos, a los que a esas horas eramos capaces de escuchar, con cualquier ária de cualquier ópera o zarzuela. Sobre todo recuerdo la de "Brilla tizona de fino acero......"que delicia escucharle.

Para bañarnos, cuando eramos pequeños mi madre utilizaba la pila de piedra blanca de la cocina, la llenaba con baldes de agua, que previamente había calentado en la cocina de carbón. A mi me gustaba mucho mi baño diário, pero crecí enseguida y se me hacía muy cuesta arriba meterme en la dichosa pila, me clavaba los grifos de metal dorado en mi espalda y a mis hermanos les pasó igual.

Hasta que al final la Casera, que era un pelín difícil de convencer, nos dejó hacer en la habitación donde dormíamos mi abuela y yo una ducha, en la que para subir a ella tenías que haber hecho previamente un cursillo de escalada sin cuerda. Pero bueno menos era nada o mejor dicho lo que teníamos.

A pesar de todas éstas dificultades, y alguna más, mi casa era una casa llena de amor y de felicidad..

viernes, 15 de octubre de 2010

LEVANTO MI VOZ

Tengo a veces lamentablemente un oido que, como diría mi querido amigo Simón, escucho dos moscas pegándose en Fuenlabrada,(vivo en Madrid centro).

Pues bien hoy, he escuchado el comentario de unas personas que charlaban animadamente en una mesa cerca de la mía, a la hora de mi desayuno, y me parece triste el concepto, quizás por desconocimiento e ignorancia, que algunas personas tienen del ser humano. Cierto..vale.. el ser humano parece, digo parece, que cada día vamos más a lo nuestro, que estamos ajenos a la realidad, que no somos solidarios, pero por favor no se puede generalizar, nunca, nunca debemos hacerlo.

Conozco un grupo de 18 personas, que dedican tres horas al dia por las tardes, de un día de la semana, a acompañar a personas que están sufriendo con la enfermedad de sus seres más queridos, su hijos.

Estas personas a las que me refiero, dan su tiempo liberado (que no libre), a dar amor, escucha, juego, cariño, ternura y un largo etc... a estas personas.

Realmente se desarrolla el "Amor incondicional". Algunos de ellos dejan a sus propios hijos por acompañar a los hijos de otros y estar con ellos en esos momentos tan duros de sus vidas.

Es el desprendimiento voluntario del "YO" por el "TU", es el encuentro entres seres humanos que sufren (no hace falta irse a Somalia), es el acercamiento, es el abrazo en el dolor, es el sentirse hermanados, en una palabra es el "AMOR".

Sí, hay muchas personas que dán su tiempo, su amor, su ternura, para otros que en ese momento lo necesitan. Estamos todos embarcados en esta vida, y unos sufren mientras que otros debemos estar ahí para acompañarlos, para darles nuestro apoyo, nuestro cariño, nuestra escucha mas activa, en una palabra nuestro Amor.

"Por eso levanto mi voz" por todos mis compañeros del voluntariado, personas maravillosas llenas de un amor ejemplar, y que la vida me ha hecho encontrarlos.

MERECE LA PENA HABER NACIDO SÓLO POR HABEROS CONOCIDO.

P.D. Dedicado a los voluntarios del Grupo Reiki de la Fundación Aladina en el hospital Niño Jesús, servicio de oncología. Y a todos los voluntarios de la Fundación Aladina de dicho hospital.Sois maravillosos y un ejemplo de lo que es realmente Dar amor a los demás y ser auténticos Seres espirituales embarcados en una experiencia humana.

lunes, 11 de octubre de 2010

ALUBIAS BLANCAS ESTOFADAS

Siempre he hecho en casa la típica Fabada, por supuesto nunca igualable a la que hacen en Grao, ya lo sé soy consciente de ello.

Ayer decidí siguiendo las indicaciones de mi "chico" en hacerlas estofadas. Allá que me fuí a meterme de lleno en hacer algo que nunca hago y es la legumbre estofada, pero como por naturaleza soy valiente me puse de lleno a hacerlo.

Todo fue bien hasta que noté cierto olorcillo que salía de la cocina, olorcillo prontamente reconocido por mí, en: "Algo se está agarrando en la cocina"...Fui como loca a apagar la vitro e hice todos los esfuerzos que estaban en mi mano para que las narices del muchacho que vive conmigo no lo olieran, cosa bastante fácil, pués narices tiene, pero oler lo que se dice oler no huele ni a una mofeta metida en su cama.

Conseguido ésto, inmediatamente la tarea era limpiar la olla de cualquier resto que delatara mi tremenda fechoría, cogí mi arma preferida o sea el estropajo de alumnio y me dispuse, como buena ama de casa que soy, a no dejar ni un sólo resto de mi estropicio y francamente lo conseguí, además a las las judias no les ha quedado ni una sólo mota del desastre.

Veremos hoy cuando se las coma, seguro que ni se entera, ya he procurado yo que esto suceda.

A todo esto me ha venido a la cabeza, cuantas veces en mi vida se me han agarrado las cosas, se me han agarrado algunas personas, y por supuesto cuantas veces he tenido que coger mi estropajo de aluminio imaginario(con el que siempre cuento) y frotar, frotar con fuerza para que se despegaran, esos restos que no me pertenecían que no eran para mi. Eso sí han sido un espectacular aprendizaje.

Siempre he salido con éxito de esto, creo que soy una buena ama de casa.

EL COLIBRÍ

El colibrí, es un ave perteneciente al órden de los Apodiformes y a la familia de los Trochilidae, mide entre los 5 y 20 cm, son Nectarívoros, cuyo significado es que succionan el nectar de las flores. Los aztecas relacionaban al Colibrí Huizilopochtli, con el Dios de la guerra por su agresividad para defender a su hembra de otro macho.


En mi viaje a Costa Rica además de poder disfrutar de un país extraordinario, no sólo por su naturaleza, sino también por la amabilidad de sus gentes, descubrí a este pequeño pajarillo que se me presentó de improviso.


Estábamos en las faldas del maravilloso volcán de El Arenal, en un hotel donde las habitaciones eran pequeños apartamentos de madera, la vista desde la pequeña terraza de dicho apartamento era la selva y como fondo el majestuoso volcán, el cual de vez en cuando exhalaba pequeñas bocanadas de humo.


El silencio sólo lo rompía el sonido de los diferentes animales de la selva, entre ellos el mono aullador, llamado así por los aullidos que emite, que más bien se parecen al ladrido de un perro.


Acababa de darme una duchita en nuestro pequeño apartamento, me había lavado la cabeza y me había puesto mi colonia preferida con olor, tanto el gel de baño, como la colonia a coco. Salí a la terraza y me puse a leer tranquilamente mientras esperaba que Jesús terminara su ducha.


De repente sentí un zumbido en mi oreja izquierda y como por resorte mi mano se fue a darle un guantazo al mosquito, mosca o lo que fuera que osaba molestarme, pero el bichillo era insistente, varias veces mi mano fue hacia lo que fuera para arrearle un buen mamporro, pero mi oreja, mi olor, y que narices yo misma, le habían entusiasmado.
Llegó el momento en qué no pude más y giré mi cabeza para ver quién era el mequetrefe que me estaba importunando de tal manera. El susto que me llevé o mejor dicho que nos llevamos fue mayúsculo, nos miramos y nuestros ojos se quedaron abiertos y creo que mi boca y su pico también, fue un instante mágico en el que nuestras miradas se fijaron, pegué un brinco y el probrecito salió volando huyendo del monstruo que olía a coco pero que, para su desgracia, no era una flor, y por supuesto de mi oreja no salía ningún nectar maravilloso, en tal caso un poco de cerúmen.
Tuve la gran suerte de tener a escasos dos centímetros de mí, un pajaro tan espectacular, y con esos colores que parecen dibujados por algún maestro del color, el mío, ya es el mío, tenía, un color violeta brillante, fue un instante sólo un pequeño instante, pero el recuerdo de ese pequeño colibrí no me dejará nunca.

jueves, 7 de octubre de 2010

PEQUEÑA BOLIVIANA

En estos días ando corriendo como loca de hospital en hospital por circunstancias familiares, con lo cual un pequeño respiro dentro de esta vorágine me hace detenerme en la observación de determinadas conductas humanas que, a veces, nos pasan desapercibidas, sobre todo las conductas bondadosas, las malvadas saltan ante nuestros ojos como dardos envenenados, pero la bondad se diluye y en ocasiones no nos damos cuenta, pero está ahí.

Pequeña e incluso diría yo insignificante, te dabas cuenta de su presencia porque suponías que estaba ahí, era como una mariposa pequeña dentro de esa habitación, sin parar de moverse ni un instante. Bajita, muy delgada y sobre todo lo que más me llamaba la atención era su forma de estar, humilde, discreta, encerrada en sí misma, con un recogimiento que hacía de la habitación algo sagrado. Esta mujer a la que me es difícil ponerle una edad..¿entre los 30 y los 40? o ¿quizás los 45?, no sé muy bien.

Pero sí he sido consciente, de que un ser tan pequeño pueda en un momento cobrar unas dimensiones tan gigantes, con sólo su forma de tratar a un ser humano mayor y que estaba a su cuidado.

Su insignificancia a mis ojos, se transformó en un instante en el ser mas auténtico y amoroso que he visto hace años. Con qué cuidado, paciencia, atención, dulzura y amor trataba a la señora mayor que estaba atendiendo. Con qué ternura acariciaba su cara, le atusaba el pelo, le hacía un masaje tierno y acompasado en su espalda dolorida .Con qué cariño recogía la fruta que iba a darle a comer y la lavaba, envolviéndola en sus pequeñas manos como si esa fruta fuera un tesoro. Con qué deleite iba pelando esa fruta y cortándola en trozos pequeños para que ella pudiera comérsela. Sólo crucé con ella unas cuantas miradas y sus ojos me sonrieron transmitiéndome una sensación de cariño infinito.

Luego supe que es boliviana y que lleva tiempo cuidando a esos ancianos, los cuales estaban encantados con ella. El dinero que cobra se lo envía a su familia en Bolivia, ella no sale y no gasta nada, según las palabras del señor al que cuida, son felices teniéndola en casa y para ellos es un miembro más de la casa.

Durante mucho tiempo y sobre todo en verano en la playa, veo muchas mujeres e incluso hombres que vienen de esas tierras tan queridas a cuidar de nuestros mayores, con qué amor y respeto siempre he visto cuidarles. Desde aquí doy las gracias a estas personas que todavía hoy dan culto, respeto y amor al bien más grande que tenemos los seres humanos y que son Nuestros Ancianos.

sábado, 2 de octubre de 2010

LOS OJOS

Dardos de colores, y ojos
ojos que nos miran,
ojos que se encuentran,
que se huyen,
que se esconden,
dolor ante lan pérdida,
encuentros en la luz,
en el estar, congoja y al final tu,
tu aliento, tu abrazo generoso,
tu cariño enmarcado entre tus brazos
tu en el silencio
tu y sólo tu.
Gracias.